liderazgo, la imagen de mi vida

Un modelo de Liderazgo: La imagen de mi vida

«La imagen de mi vida» es una cita atribuida a Séneca, que expresa la idea del legado que cada uno deja en la vida. Hoy, que tanta importancia le damos a los modelos de liderazgo, y a los calificativos que lo acompañan, te has preguntado alguna vez ¿qué impacto dejará tu estilo de liderazgo en tus equipos y colaboradores?

Me hizo reflexionar sobre ello, un hermoso pasaje de la vida de Séneca (más bien, de la muerte). Lo describió Javier Gomá Lanzón en la primera de las conferencias del ciclo dedicado al Estoicismo Romano, celebrada hace unos días en la Fundación Juan March.

En el año 65 de nuestra era, el emperador Nerón, ordenó que se diera muerte, por “suprema necesidad”, a Séneca. El historiador Tácito, describe este pasaje. Séneca pide las tablillas de su testamento, que un centurión le niega. A continuación, Séneca se vuelve a sus amigos y les dice:

  • “Dado que se me prohíbe agradeceros mi afecto, os lego lo único, pero lo más hermoso que poseo: la imagen de mi vida.”

En una sesión de trabajo con varios líderes y directivos, abordamos los diferentes modelos o estilos de liderazgo, a raíz de algunos informes de cultura corporativa. Cabe destacar, la moda de algunas compañías por variar y calificar el modelo de liderazgo que deben desplegar sus directivos, casi anualmente.

Son infinitos los adjetivos (líquido, transformacional, situacional, efectivo, etc.) que hoy , acompañan a la palabra liderazgo. Supuestamente definen estilos diferentes, y podemos encontrar, incluso tendencias para el próximo año. Pero, realmente, ¿cuáles son las claves de estos liderazgos?

El modelo de liderazgo y los resultados

En el contexto empresarial, un modelo de liderazgo es imprescindible para obtener los mejores resultados. Así como Séneca, se esforzó por entender la verdadera naturaleza humana, los líderes empresariales deben buscar una comprensión profunda de sí mismos y de los modelos de liderazgo.

Desde mi punto de vista, hay varias cuestiones a tener en cuenta:

  1. No es tanto una cuestión del modelo de liderazgo, como del enfoque, las habilidades y las características que integran cada estilo.
  2. Cada persona muestra una preferencia natural hacia unos estilos, y no hacia otros.
  3. Cualquiera que sea el modelo de liderazgo, enfrentarse a los nuevos desafíos, siempre requiere un enfoque adaptativo e innovador.

A lo largo de los años, diferentes modelos de liderazgo han sido fundamentales para guiar a las organizaciones hacia sus metas. No es sostenible que la mayor parte de nuestras empresas y organizaciones no tengan definido su propio modelo. ¿Cuál es el modelo de liderazgo más adecuado? Depende de cada organización, de su cultura y de su estrategia.

Por aportar tan sólo un indicador, España ocupaba en el año 2016 el puesto 49º en el ranking mundial de calidad directiva. Según el Foro Económico Mundial, había un retroceso de 27 puestos desde el año 2007. Hoy, no ha mejorado.

En este contexto, del mismo modo que a casi todos los empresarios gustan de ser calificados como “emprendedores” (característica que no necesariamente atesoran), a todos los directivos, les gusta que les supongan líderes. Y esto, desgraciadamente, tampoco es así.

Los buenos resultados de la compañía te permitirán convertirte en directivo. Pero sólo las personas, tus personas, te convertirán en un verdadero líder.

Explorando algunos modelos

Es habitual que las compañías no hayan definido su modelo de liderazgo, es decir, su estilo, valores, comportamientos, habilidades necesarias, etc. Si no hay un patrón definido, es difícil marcar objetivos. Todo se resumirá en el mayor o menor acierto de cada persona cuando dirige, de su talento, y de su propia adaptación y aprendizaje.

Desde el punto de vista académico se reconocen algunos estilos de liderazgo como el autoritario, participativo, delegativo, visionario, coaching, afiliativo, etc. No voy a hablar de esto. Hay mucha literatura académica al respecto.

En los últimos tiempos es corriente hablar de Liderazgo Transformacional. Es uno de los modelos más antiguos, y aún relevantes. Se centra en inspirar y motivar a las personas y equipos para alcanzar su máximo potencial y lograr metas extraordinarias. El historiador James MacGregor Burns en “Leadership” y el profesor Bernard Bass en “Transformational Leadership”, han contribuido significativamente a la conceptualización de este modelo, destacando la importancia de una visión clara y la capacidad de comunicarla de manera emocionante.

Otro estilo muy común, y del que se habla mucho, es el Liderazgo Situacional. Otro modelo clásico, que enfatiza la adaptabilidad del liderazgo según las circunstancias y las necesidades de las personas. Desarrollado por los profesores Paul Hersey y Ken Blanchard, este enfoque reconoce que un solo estilo de liderazgo no sirve para todas las situaciones, lo que lleva a una gestión más efectiva y a una toma de decisiones basada en el contexto específico.

Actualmente, líderes y teóricos nos brindan perspectivas novedosas y relevantes sobre el liderazgo. Por ejemplo, Simon Sinek, cuyo enfoque en «Start with Why» ha cambiado la forma en que vemos el propósito en el liderazgo. Sinek argumenta que los líderes efectivos inspiran a través de un propósito claro y una conexión emocional con sus colaboradores, lo que lleva a un compromiso más profundo y sostenible.

Brené Brown, conocida por su trabajo sobre la vulnerabilidad y la valentía en el liderazgo, ha explorado cómo los líderes pueden cultivar la autenticidad y la empatía en sus roles. Su trabajo en «Daring Greatly» ha resonado especialmente en el mundo empresarial que valora la autenticidad y la transparencia.

O Adam Grant, que ha explorado el concepto del altruismo en el lugar de trabajo, argumentando que los líderes que dan sin esperar «nada a cambio», pueden crear culturas organizacionales más colaborativas y gratificantes. Su influyente obra «Give and Take«, nos habla del éxito diferencial de las organizaciones que fomentan la generosidad y el apoyo mutuo entre las personas.

Sintetizando el Liderazgo moderno

En cualquier caso, casi todos los modelos, independientemente de sus características específicas, requieren de habilidades como la inspiración, dirección, comunicación clara, motivación, pasión, priorización, resistencia, adaptabilidad, etc. Entraremos otro día en esto.

Pero, todo los modelos, se sintetizan en pilares básicos:

  1. Enfoque y visión. Un líder tiene una visión clara de futuro, que proporciona dirección e inspiración. La visión es el motor que impulsará a las personas a esforzarse y trabajar juntas para alcanzar metas comunes.
  2. Equipos y personas. Son el objeto del liderazgo. El líder ha de prioriza el desarrollo del talento, identificando las habilidades necesarias para sus equipos y personas, con objetivos claros que les conduzcan al éxito a largo plazo.
  3. Energía. Manejar y gestionar los estados emocionales de los equipos, que permitirá construir una cultura positiva, motivadora y desafiante, además de generar un clima de compromiso que activará a las personas.

En definitiva, un líder que aspira a influir sobre sus equipos y colaboradores, o sea, el liderazgo moderno, es una amalgama de los fundamentos clásicos y de habilidades innovadoras en un mundo en constante cambio.

Para ello, es imprescindible:

  1. Definir un modelo de liderazgo que esté alineado con su cultura y su estrategia. La mayoría de las compañías no lo hacen.
  2. Incorporar y desarrollar las habilidades necesarias para el modelo, y cultivar un estilo de liderazgo que sea flexible y adaptativo.
  3. Trabajar con coahes ejecutivos y mentores para el desarrollo y crecimiento de los líderes. Los deportistas profesionales tienen uno hasta que se «jubilan». ¿Por qué los directivos no?

El liderazgo sigue siendo el corazón y el alma de cualquier organización próspera, y continúa evolucionando en este frenético mundo de desafíos y oportunidades.

La Herencia de una Imagen: Belleza, Dignidad y Ejemplo

Tenemos la responsabilidad de forjar una imagen de liderazgo que sea profundamente significativa, inspirados por la sabiduría de aquellos que vinieron antes que nosotros, y guiados por las tendencias innovadoras.

«La imagen de tu vida» que inspire, motive y guíe a nuestros equipos hacia el éxito. Este legado, basado en valores sólidos y prácticas éticas, no solo enriquecerá nuestras vidas y las vidas de quienes nos rodean, sino que también contribuirá a la creación de organizaciones fuertes y sostenibles en el futuro.

Así, al mirar hacia adelante, recordemos las palabras de Séneca y consideremos la imagen que estamos proyectando en nuestras compañías. Que nuestra imagen sea, no solo un reflejo de nuestros logros, sino también un testimonio de nuestra belleza interior, nuestra dignidad y nuestro ejemplo. ¿Seremos capaces?

Al hacerlo, dejaremos una huella duradera en el corazón de nuestras organizaciones y en la trayectoria de aquellos que tienen el privilegio de seguirnos. Es lo que hoy llamamos, impactar.

De esto trata el liderazgo, ¿no?. Ser un faro de inspiración y guía, no sólo para el presente, sino también, para las generaciones futuras.

¿Estás dispuesto a que tu modelo de liderazgo sea el legado de “la imagen de tu vida”?

Sigamos.

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Javier Alonso